MINZUM NELINHO QUINA ASÍN (29 años)
En lo que va del Descentralizado (Torneo Apertura y Clausura), Minzum ha sido uno de los jugadores con más regularidad futbolística en Melgar.
Ha jugado un total de 25 partidos equivalentes a 2177 minutos, de los cuales 24 lo hizo desde el pitazo inicial y 1 ingresó en el segundo tiempo.
Esta temporada es de aprendizaje para el ex León de Huánuco, quien por primera vez en sus 11 años de trayectoria cumple la función de zaguero central, pese a ser su posición original la de lateral-volante por izquierda.
Un gol tiene en su cuenta personal. Lo hizo de penal, con la pierna izquierda, a Cristal por la segunda fecha del Torneo Apertura.
NILSON EVAIR LOYOLA MORALES (21 años)
El llamado de Nilson era un secreto a voces. Es más, en la última visita de Gareca a Arequipa, se supo que el joven lateral izquierdo ya gozaba del visto bueno del “Tigre”.
Sus 27 partidos con el dominó es una clara respuesta y evolución a la exigente filosofía de Reynoso. Solo dos cotejos alineó de suplente, totalizando 2413 minutos.
Desequilibrante, trajinador por la banda izquierda le ha permitido meter tres goles, uno con la cabeza (a Cristal) y los otros con el pie derecho (a Real Garcilaso y Alianza Atlético de Sullana).
Su juventud será importante para oxigenar la estrategia de Gareca en La Paz.
ÁNDERSON SANTAMARÍA BARDALES (24 años)
Para muchos la convocatoria de Santamaría es mucho premio para un jugador que ha mostrado altibajos en el cuadro rojinegro. Sin embargo, estamos seguros que tiene un mérito que ha valorado Gareca.
Tiene 1575 minutos de titular en Melgar. Es decir ha estado en 21 de los 30 partidos del Descentralizado, 19 desde el arranque y 2 en el banco de los suplentes.
Sus dos goles, uno a Universitario (con el pie derecho) y el otro a Unión Comercio (con la cabeza), coincidieron cuando Reynoso lo ubicó como un volante mixto, con libertad para acompañar al momento de atacar.
Sin embargo, volvió a cumplir la función de zaguero y otras de volante de primera línea teniendo como orden principal, la marca, restando en cierta medida su olfato de gol.
El carácter le jugó en contra. Vio dos veces la tarjeta roja, más que nada por reaccionar ante provocaciones del rival que por tratar de evitar una acción manifiesta de gol.
