El gol de Bernardo Cuesta (12’) parecía materializar una victoria, que con el correr de los minutos se esfumó por errores que nacieron producto de la falta de jerarquía de varios jugadores y el planteamiento del técnico Juan Reynoso.
A los 29’, el tanto de Antonio Meza Cuadra, aplaudido antes y después del cotejo por la barra melgariana, que reconoce la huella que dejó en tierras mistianas, desnudó la inoperancia de un equipo que jamás encontró la brújula y si lo hizo, ésta le mostró el camino equivocado: los pelotazos.
El cuadro mistiano intentó, infructuosamente, superar a los huancaínos, que tenían en la zaga a dos “torres”: el colombiano Annier Figueroa y el nacional Víctor Balta (ex Melgar), que en ningún momento fueron claramente superados por Omar Fernández y Bernardo Cuesta.
El encargado de darle los 3 puntos al “rojo matador” fue Junior Ross (89’), que dejó en ridículo a Minzun Quina, decretando una victoria que en el análisis en frío viene a ser justa por la propuesta equilibrada y contundente de los visitantes.
Más allá de que Melgar haya perdido 3 unidades y la posibilidad de superar a Municipal y meterse entre los cuatro primeros de la tabla del Acumulado (zona de clasificación al play off), lo preocupante es que los puntos débiles se van agudizando a raíz de varios factores.
El problema no es el limitado fútbol de Werner Schuler, es la terquedad de Reynoso de seguir confiando en un jugador con mucha voluntad, pero con escasos recursos técnicos para ir al ritmo de un equipo que basa su fortaleza en automatismos.
Es fácil levantar el dedo acusador y juzgar la poca experiencia de los Sub-20 Percy Silva y Alonso Romero. El tema de fondo va más allá. El presente dicta que Reynoso está obligado alinear a jugadores que sumen a la Bolsa de Minutos, más por una necesidad que por méritos propios.
El vigente campeón del fútbol peruano parece haber perdido, junto los lesionados Ysrael Zúñiga y Alexis Arias, esa regularidad que la temporada pasada lo llevó a ser el mejor, con altibajos sí, pero con una propuesta clara y sobre todo con más recursos humanos que contribuían a la “rotación” de Reynoso.
Sin embargo, no se puede llorar sobre la leche derramada. Melgar tiene que darle vuelta a la página, pero reflexionando y sobre todo, buscando soluciones a este tipo de situaciones en las que no prueba ni un bocado cuando la mesa está servida y cuando deja pasar la oportunidad de acercarse, por ejemplo, a un Alianza Lima que ayer perdió (0-1) de local ante UTC.
